martes, 20 de mayo de 2014

Pertenecer a dos o más esquemas: una perspectiva desde la integración económica de Venezuela y su política comercial

El economista Bela Balassa define a la integración en dos esferas (Domínguez Velazco, 2012):

  • como un proceso, que involucra medidas tendientes a anular la discriminación entre unidades económicas que corresponden a distintos países 
  • como un estado de cosas, cuya caracterización de la ausencia de varias formas de discriminación entre economías.
En el marco del libre comercio, se han creado mecanismos o bloques de integración económica que buscan fortalecer el libre comercio entre sus países miembros y establecer una serie de políticas comerciales que beneficien a los mismos, y, además, tener acuerdos con otros organismos y países. Venezuela forma parte de diversos esquemas de integración, desde tratados o acuerdos hasta los mismos organismos. Por ejemplo, Venezuela es miembro del ALBA, de la ALADI, de la OMC, del Mercosur, la Unasur, entre otros importantes cuya membresía es observadora o asociada (como CARICOM), así como ha dejado de pertenecer a algunos, como la CAN (por implicaciones políticas, ya que lo hicieron como forma de mostrar su oposición a los Tratados de Libre Comercio que firmarían Perú y Colombia con EEUU) y el G-3, para poder pertenecer al Mercosur.

Venezuela, al pertenecer ya sea a un solo mecanismo de integración, está ingresando en alguno de los distintos niveles que posee el concepto, ya sea una zona de libre comercio, una unión aduanera, un mercado común, una unión económica o una integración total. Formar parte de dos o más esquemas de integración, analizado desde nuestro país, es interesante dadas todas las implicaciones que proporciona nuestra economía.

 Nuestra economía se caracteriza por tener una balanza de pagos positiva (pese a que el 90% de lo que consumimos es importado), característica que ha podido prevalecer gracias al petróleo. No obstante, para formar parte de cualquier mecanismo de integración, se debe ser capaz, desde un punto de vista técnico-económico, de cumplir con ciertos objetivos, metas y requisitos. Es muy difícil cuando el ingreso a un mecanismo de integración ocurre sin evaluar las capacidades técnico-económicas. Aunado a esto, se debe contar con un poder adquisitivo determinado que no perjudique a los ciudadanos y la condición misma del país, y también, preferiblemente, se debe tener una economía diversificada y un alto nivel de competitividad. Conviene, entonces, citar a Parkin (2009, p. 785) cuando establece que “una cartera de inversión diversificada es menos riesgosa que una invertida en un solo negocio. Lo mismo es cierto para la producción de una economía. Una economía diversificada fluctúa menos que una economía centrada en producir uno o dos bienes”.

La economía venezolana tiene índices alarmantes: inflación de más del 50%, escasez superior al 20% y problemas en el sistema cambiario con la escasez de divisas, por mencionar algunos. La baja competitividad de Venezuela es un factor que, definitivamente afecta a la hora de ingresar a mecanismos de integración. Sin embargo, pese a esto, las ventajas que esto representa es que luego de adoptar medidas que los mismos establezcan, los países miembros pueden disfrutar de intercambios comerciales en el sector donde tengan menos competitividad así como beneficiarse del libre comercio de los bienes y servicios, una vez superadas las barreras a este libre intercambio, es decir, suprimiendo medidas como los aranceles (por ejemplo).

La integración económica tiene, en suma, diversas ventajas y desventajas. Ventajas como la posibilidad de ser economías de escala, intensificación de la competencia, atenuación de los problemas de pagos internacionales, posibilidad de desarrollar nuevas actividades y aumento en el poder de negociación, entre otros. Desventajas como la pérdida de «autonomía» y la desaparición de las industrias que son menos competitivas. Si bien es crucial en la agenda internacional pertenecer a esquemas de integración dada la creciente globalización, los países al formar parte de estos deben incentivar la integración económica a través de su política comercial.

La política comercial venezolana se ha orientado en los últimos años, coincidiendo con la llegada del socialismo del siglo XXI, a una política que favorece las expropiaciones, atenúa el control cambiario y una gran cantidad de obstáculos hacia la empresa privada, lo que ha producido que Venezuela desvirtúe los intentos en gobiernos anteriores de fomentar exportaciones no petroleras; se ha enfatizado, de cierta manera, en la desventaja de la integración económica que refiere a la pérdida de la soberanía. Asimismo, el discurso con una carga ideológica y política ha llevado a satanizar esquemas de integración, asociándolos con teorías neoliberales o capitalistas, que no sean compatibles con la política de gobierno venezolana. Podemos ver esto reflejado en la salida de Venezuela de la CAN y del G-3. Venezuela al pertenecer a un Mercado Común (Mercosur), se ubica en un nivel de los procesos de integración económica donde sus políticas deben ser aplicadas en conjunto. Por ello, la adopción de la política comercial a futuro en Venezuela se verá enmarcada por su membresía al organismo.

 Dada la política comercial de Venezuela, no podemos asegurar de manera definitiva si es «bueno» o es «malo», pues una de las ventajas del libre comercio y de formar parte de la integración es mejorar y fomentar las relaciones comerciales entre países y el intercambio de bienes y servicios, entre otros beneficios como ya se ha mencionado. Sin embargo, dadas las disparidades de las economías de la región e incluso la situación económica interna, que Venezuela pertenezca a un esquema de integración nos lleva a evaluar las implicaciones de esta membresía. En ese sentido, para una mejor integración económica, la política comercial de Venezuela debería reenfocarse más hacia el pro del libre comercio, apaciguar el discurso excluyente y disminuir medidas proteccionistas internas: la poca seguridad jurídica y poca confianza en el país han conllevado a que la inversión extranjera disminuya, la cual es un pilar si se quiere una industrialización de la economía así como una diversificación de la misma y, en suma, alcanzar competitividad.

Asimismo, no solo la economía del país y su competitividad entran en juego al pertenecer a un esquema de integración. Se debe tener en cuenta que los esquemas de integración a los que se pertenece no choquen entre sí, es decir, que uno impida el buen funcionamiento del otro, o viceversa. Es un reto pertenecer a un esquema de integración como lo hemos aseverado, dadas las condiciones de la economía venezolana y su política comercial, pero pertenecer a dos o más, ya de por sí representa una dificultad si estos organismos no coinciden en sus requerimientos, metas y objetivos. Venezuela pertenece, en suma, a un esquema de integración importante: el Mercosur (ya evaluados sus retos y panorama), pero también ha contribuido en la creación y forma parte de otros diversos como ya se mencionó anteriormente, como el ALBA, la ALADI, entre otros. Sin embargo, el tiempo nos ha demostrado que la pertenencia a uno o varios modelos de integración no amerita que traerá frutos para el país, es decir, no necesariamente acarreará el bienestar económico del mismo; es un trabajo en conjunto entre las directivas y parámetros de un esquema, junto a las políticas comerciales del país, en otras palabras, es el mantenimiento y la supervisión de dichos tratados. Como ejemplo se puede usar la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) que comienza en 1960 que realizó un cronograma de degradación donde se buscaba llegar al arancel cero en todo el continente, por falta de compromiso y de mantenimiento del tratado esto no fue posible; llevó a su reforma y la fundación de la ALADI.

Si bien al ingresar esquemas de integración tendríamos un mayor tamaño de mercado y disminuyendo los costes medios de producción, podemos observar que, aunque tenemos una industria petrolera y petroquímica en Venezuela, nuestra «especialización» y a su vez descuido de los otros sectores de la economía nacional han influido en la competitividad venezolana y en la diversificación de nuestra economía. Venezuela debería adoptar una gran cantidad de medidas para destruir este modelo económico fallido y, así, ser competitivo a nivel regional y poder serlo dentro de la región, pero estas reformas irían en contra de un plan de gobierno ya en marcha y establecidos. Esto puede ser logrado, en primer lugar, garantizando la seguridad jurídica de los inversionistas y de las empresas privadas, así como una eliminación del control de precios y un control en el tipo de cambio, que lejos de hacernos competitivos, nos ha retrasado. Fomentar la producción nacional sería entonces, indispensable, para poder ser competitivo, pero siempre y cuando en aquellas industrias donde se tenga una dotación de abundancia de los factores productivos y estando siempre conscientes de los beneficios del libre comercio y su libre intercambio de bienes y servicios. Todas estas aseveraciones son necesarias al momento de analizar la pertenencia a esquemas de integración y, como vemos en el caso venezolano, no ha traído necesariamente un bienestar económico dadas nuestras características internas.

De Sousa, Andrés
Dos Anjos, Andrea
Montes, Valentina


Fuentes:
Domínguez Velazco, M. (2012, abril 25). ¿Qué es la integración económica?. Paradigmas. [Artículo en línea]. Disponible: http://www.paradigmas.mx/que-es-la-integracion-economica/ [Consulta: 2014, mayo 18] 

Parkin, M. (2009). Economía. (8va ed.). México: Pearson

9 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo con lo comentado en la publicación. Si bien Venezuela pertenece a diferentes esquemas de integración y junto con esto se obtienen beneficios que no se pueden negar, la posición comercial de Venezuela ante estos mercados comparando solo con el resto de los países latinoamericanos es escaza. Venezuela es un país 100% petrolero, es decir que es nuestro único fuerte y aunque el resto de los países de Latinoamérica definitivamente se benefician de esto y le dan importancia, aun así el principal importador de petróleo venezolano es Estados Unidos, lo que nos lleva a pensar que la posición de Venezuela con los diferentes esquemas de integración a los que pertenece es no solo por alianza política, sino porque es el mismo país quien se ve más beneficiado del resto de países integrantes que ellos de Venezuela.
    Ciertamente que Venezuela sea parte de varios esquemas de integración tiene ventajas, muchas, una de ellas es que nuestra competitividad y por ende producción debería aumentar, ya que los países de Latinoamérica poseen diferentes ventajas pero Venezuela posee el petróleo y si lo utiliza como materia prima para producir un sinfín de productos derivados de este y que son de gran demanda e interés no solo para los países de la región sino para el resto del mundo, la situación sería más favorecedora y el país más competitivo. Como conclusión, pertenecer a dos o más esquemas será realmente beneficioso cuando se saque provecho de los beneficios y oportunidades que brinda.

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  2. la integración como política comercial genera amplios beneficios a la calidad de vida de la población con el aumento del consumo y de empleo, aunado al aumento de la diversidad de productos en el mercado interno, pertenecer a varios esquemas de integración para un país, en este caso Venezuela, aumenta de este modo las ventajas que proporciona pertenecer a un esquema de integración comercial regional, siempre y cuando estos bloques sean complementarios y no obstruyan los objetivos de cada uno de ellos, la coyuntura o el objeto de mayor análisis serian las desventajas. Venezuela, siendo un país mono-productor, no cuenta con una diversidad de industrias productivas, lo cual es una limitante para aprovechar la oportunidad de una ampliación del mercado y el aumento de las economías de escala, a su vez también se puede considerar una desventaja que con la apertura al nuevo mercado regional, el mercado interno se vea inundado de productos importados, haciendo menos competitiva la producción nacional, lo que efectivamente esta sucediendo en el país.

    Aun así, considero objetable el planteamiento de destruir el actual modelo económico, dado que como es un proceso que lleva mas de una década de implementación, no seria favorable la destrucción absoluta con la intención de comenzar desde cero, haciendo aun menos alcanzable la meta de consolidar a Venezuela en una potencia regional. El planteamiento desde la direccion de la politica exterior es participar en los procesos de integración económica regional como el eje energético, que es con la intención que Venezuela comienza a ser parte del MERCOSUR, lo ideal seria complementar ese planteamiento con unos esfuerzos y medidas que a corto y mediano plazo tengan como objetivos diversificar la producción y los productos de exportación del país.

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  3. A mi juicio para poder pertenecer a uno, dos o más esquemas de integración económica lo primero que debe tener un país como requisito indispensable es una economía estable, respaldadas por una serie de políticas comerciales, internas y externas que sean contundentes porque de este modo, el país podrá ver y disfrutar de los grandes beneficios que otorga el comercio del o los esquemas a los cuales se adhiere.

    El caso de Venezuela es particular, porque el país posee desde hace muchos años una economía totalmente dependiente de la renta petrolera por la cual, ha descuidado y cuando ha tratado de impulsar otros sectores de la economía se le ha dificultado y se le va a seguir dificultando de no resolver la mala gestión que ha llevado últimamente el gobierno.

    El Estado como bien lo expresaron ha colocado muchísimas trabas para los sectores en cuanto a la obtención de divisas, controles de cambio y de precios, obtención de materias primas para producir, retardo en las aduanas y puertos; además, de la falta de políticas que le den seguridad y estabilidad jurídica a los productores tanto nacionales como extranjeros, lo cual no ha permitido diversificar el mercado

    Al pertenecer a esquemas integracionistas con todas estas condiciones hace que se haga más dificultoso poder salir de la dependencia económica, debido a que los mercados ya tienen industrias y empresas altamente competitivas en el ámbito internacional las cuales restringen o impiden el surgimiento de la competencia por ser, estas industrias nacientes poco competitivas que el resto (efectos de las economías de escala). Además, de otorgar pocos beneficios de los que se pudiera tener si se contara con una economía estable y un mercado interno diversificado.

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  4. Venezuela ha mostrado una vocación para la integración regional desde hace ya bastantes años, incluso, la Constitución de 1961 compromete a la nación a promover y consolidar la integración latinoamericana y caribeña, y así ha sido.
    Venezuela pertenece a varios proyectos de integración económica regional y subregional, pero la política es una variable fundamental en estos procesos.

    Venezuela le ha dado prioridad al ámbito político y ha utilizado la integración regional como un medio para expandir su ideología izquierdista y de confrontación con Estados Unidos. La introducción del debate ideológico ha tenido efectos negativos.
    Una clara visión de cómo la política afecta la integración “económica” venezolana vendría siendo la situación colombo-venezolana, ya que cuando se comenzaron a tener conflictos ideológicos con Colombia hubo una afectación de los tradicionales vínculos con dicha nación, la cual siempre había sido un socio comercial natural. Así también, puede verse como disminuyeron las compras a Estados Unidos, al tiempo que se favorecían a las importaciones provenientes de Argentina, Brasil y China, países con gobiernos más afines a su ideología.

    Gracias al ya mencionado énfasis político que hace Venezuela en los proyectos de integración, la misma no se ha aprovechado en el ámbito económico para diversificar exportaciones y fortalecer la industria propia. Por el contrario, ya que se les ponen trabas a los empresarios, desestimulando la inversión; lo cual genera que Venezuela se vea cada vez más dependiente de los ingresos petroleros y, siendo incapaz de generar productos incluso para el consumo interno, por lo que el consumo de bienes importados se ha exacerbado.


    Andrea Surribas
    C.I. 24 898 721

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  5. Este ciertamente es un tema bastante complicado, pero estoy muy de acuerdo con lo expuesto anteriormente. Si bien es cierto, hemos aprendido en este semestre que el comercio internacional es beneficioso para los países y que una forma de obtener mas ganancias de el es la integración económica, ya que busca garantizar los medios para que este comercio se pueda dar; también es cierto que para poder avanzar en este sentido, los países deben crear un ambiente propicio: una economía estable y un mecanismo legal confiable. Venezuela como ya se ha nombrado, constituye un caso paradigmatico. Pero coincido en con Ana en que seria utópico pensar que el sistema económico se debe modificar por completo, porque a pesar de todo, somos ya un país constituido bajo este modelo económico, sin embargo, es posible y necesario que se realicen muchos cambios en el sistema económico nacional.
    La pertenencia de Venezuela a varios sistemas de integración económica, constituye una ventaja, así como también un reto, ya que incentiva y exige que se hagan mejoras en la economía interna para poder ser realmente competitivos a nivel internacional. Es aquí cuando el punto de la diversificación de la economía se hace importante, ya que por un lado reduciría nuestra dependencia de un solo producto y por el otro desarrollaría otras industrias que han sido opacadas durante muchos años. El constituirnos como una potencia energética en latinoamerica es muy beneficioso, ya que somos los únicos con una reserva petrolera tan grande, pero debemos ser sabios a la hora de administrar este recurso y que sirva como medio para hacer crecer las demás industrias nacionales.

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  6. En la actualidad, casi todos los países que conforman Latinoamérica generan grandes esfuerzos para consolidar la integración. Sin embargo, existen también serios obstáculos que la dificultan. Venezuela a pesar de sus condiciones de subdesarrollo lucha para asegurar y afianzar dicha integración económica y hacerle frente a la crisis política y social que nos aqueja, para ello se vale de la integración a ciertos organismos que le permiten lograr sus propósitos.
    Desde mi punto de vista de nada sirve entrar a un tratado de integración económica como el caso del MERCOSUR (tomando este como ejemplo) si no tenemos un aparato productivo que pueda llegar a ser competitivo para poder intercambiar productos con los demás países. Desde hace muchos años nuestra economía depende directamente de la renta petrolera (casi el 100%) y se ha abandonado la inversión en otras ramas en las cuales podríamos ser competitivos. Aunque este puede generar una serie de ventajas para nuestro país pero ante un panorama distinto al actual. Primero debemos tener claro que Venezuela no tiene la capacidad competitiva de otros países como Brasil o Argentina, que no posee los mecanismos de salvaguardia, solución de diferencias y otros mecanismos de protección que tenía en la CAN (Comunidad Andina de Naciones) y que para estar en un bloque integracionista como el Mercosur este gobierno debe creer en el libre mercado y en la inversión privada porque de lo contrario Venezuela quedará atrapada en su patrón de importar todo de los demás países miembros, lo que perjudicará la posibilidad de la diversificación nacional.
    Ana Carolina Balcázar H. C.I: 19.407.510

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  7. Me gustó mucho esta entrada en particular, buena redacción, lenguaje de fácil entendimiento, etc. En cuanto al tema en sí, pienso que estoy totalmente de acuerdo, Venezuela actualmente se encuentra en una fuerte crisis, tanto política como económica y el hecho que tengamos una inflación y escasez tan grande y que seamos un país mono productor definitivamente no ayuda. Pienso que es importante pertenecer a diferentes propuestas de integración que permitan la solución de la crisis y el desarrollo de Venezuela y otros países de la región. También considero importante la necesidad de incentivar la producción nacional de diferentes rubros y que nuestra economía no sea tan "petróleo-dependiente". Así mismo, es necesario poder hacer las diferencias políticas a un lado y preocuparse más por tratar de aumentar la independencia y la autosuficiencia de los venezolanos (la mayoría de la población esta acostumbrada a que el gobierno le de todo y no a trabajar para conseguirlo) y preocuparse menos por quien dijo qué y quién tiene la razón, debido a que mientras sigamos en esta crisis de incertidumbre política no podremos ponernos de acuerdo para avanzar como un solo país y terminaremos divididos en dos mitades y viendo quien le quita más terreno a la otra mitad.

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  8. Es importante entender que desde mi punto de vista en nuestro país se han manejado la participación en mecanismos de integración desde una perspectiva que relega los beneficios económicos y sociales a consideraciones políticas e ideológicas. Como ejemplo tenemos nuestra participación en el MERCOSUR, la cual parte de la premisa de impulsar nuestra oferta en el sector petroquímico específicamente el petróleo dentro de este mercado común, sin embargo, ni siquiera estamos exportando a ningún miembro del MERCOSUR cantidades significativas de nuestro mayor recurso, lo que quiere decir que aún con nuestra especialización en este sector no poseemos ventajas comerciales con nuestros socios.
    El control de las divisas implementado por el Gobierno mantiene un tipo de cambio artificialmente bajo, ocasiona que exportar sea poco rentable, esto sumado a que el aparato productivo nacional es poco eficiente y en algunos rubros inexistentes hace que sea poco provechosa nuestra participación en cualquier mecanismo de integración.
    Considero que antes que buscar nuestra adecuación a los sistemas de integración en los que participamos, nuestro país debe hacer esfuerzos por eliminar las múltiples distorsiones existentes en nuestra economía para así lograr la creación y el fortalecimiento de un aparato productivo nacional que sea competitivo y nos permita aprovechar las ventajas del comercio dejando atrás el modelo rentista en el cual estamos sumergidos.

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  9. La pregunta dicotómica de este tema en particular, no debería hacernos asumir una postura a ultranza en lo tocante a estar en uno o más esquemas de integración. El establecimiento de alianzas comerciales internacionales con preferencia por ciertos bloques u organismos debe ser el resultado de la orientación que se le pretende dar a nuestro esquema económico interno.

    Más que asumir una visión fatalista de la realidad venezolana, debemos evaluar, revisar, y comprobar la efectividad de las alianzas establecidas. En el caso particular de Venezuela, la falta de consenso interno en temas comerciales, alineado a un factor político determinante se traduce en el establecimiento de alianzas comerciales que no parecieran ser efectivas o realmente rentables para la nación.

    Sobre lo base de lo mencionado, me atrevo a afirmar que más que la cantidad de esquemas a los que Venezuela pertenezca (que es un debate interesante), el gran reto de nuestro país (tal como mencionó Ruth) no es otro sino la versatilidad de lo que se comercia en los mismos. Quizás la gran diatriba radica en el hecho de que Venezuela se "vende" exclusivamente como exportador de hidrocarburos.

    En la medida en que logremos deshacernos de esa "etiqueta comercial" , el debate no debe basarse en si pertenecer a uno, dos o más esquemas comerciales, sino en el establecimiento de alianzas realmente efectivas más allá de su cantidad.

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