martes, 20 de mayo de 2014

Análisis de la Política Comercial de la Comunidad del Caribe (CARICOM)



       

      El CARICOM es un esquema de integración regional que cuenta con 15 miembros plenos (Antigua y Barbuda, las Bahamas,  Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Monserrat, Santa Lucía, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago), 5 miembros asociados y 7 observadores. Nace en 1973 con la firma del tratado de Chaguaramas y es el resultado de múltiples esfuerzos integracionistas que le antecedieron.   
     En sus inicios, CARICOM optó por la aplicación de un modelo estatista en el que predominaba la protección arancelaria y no arancelaria como variable para alcanzar el desarrollo. A pesar de que entre 1973 y 1981  se incrementa el comercio intrarregional de bienes, una parte de los mismos eran productos de consumo manufacturados no previamente comercializados, pero esto no significó ni diversificación ni especialización debido a que los países del CARICOM producían (y producen actualmente) en muchos casos los mismos bienes, en gran medida por sus características similares. Durante este período, se adoptó el modelo de industrialización por sustitución de importaciones, en busca de disminuir la dependencia que tenían las economías latinoamericanas y del Caribe de las principales economías mundiales, principalmente por la vulnerabilidad del panorama económico después de la II Guerra Mundial.
     Llevando a cabo ese modelo, se aplicaron entre los países miembros del CARICOM 16 tipos arancelarios que fluctuaban entre 0 y 70% (aunque la mayoría se ubicaba en 45%). Además, las importaciones de los países estaban sujetas a diversas normas, como recargos aduaneros y la imposición de impuestos especiales al consumo.
   En la segunda etapa, se cambia este modelo debido a las crisis que comenzaron a suscitarse a raíz de las consecuencias del mismo, (destacando la ineficiencia del aparato industrial por la excesiva protección del Estado) y los países optan por una disminución de los obstáculos al comercio entre sus miembros, salvo lo estipulado en el artículo 28 del tratado de Chaguaramas que dio origen al CARICOM donde se permite la aplicación de restricciones cuantitativas si algún país miembro se encuentra atravesando alguna crisis.  Además, en esta segunda etapa se le cede preponderancia al sector privado, quitando la hegemonía a los gobiernos sobre las economías y generando inquietud en muchos de los países miembros (en especial las economías más débiles) por el impacto de una liberación del comercio, lo que obligó a postergar esta decisión, en gran parte debido a la importante dependencia que tenía el sector empresarial del Estado. Esta etapa se encuentra caracterizada por el comienzo de la apertura comercial de la región.
     CARICOM como esquema de integración ha logrado diversos acuerdos con la Unión Europea, los Estados Unidos y Canadá que permiten el libre acceso a un número importante de bienes manufacturados de sus países miembros  a estos mercados.
     Sin embargo, a pesar de su largo trayecto, el desarrollo del CARICOM como esquema de integración no ha sido el esperado, en gran parte por la naturaleza heterogénea de los gobiernos de los países miembros, lo que ha dificultado la coordinación política.
     Una de las principales debilidades del CARICOM, es que los países  conservan una alta importación de maquinarias y alimentos debido a la baja producción y diversificación en la zona (importaciones que superan a las exportaciones).
     La fijación de un arancel externo común  ha sido un proceso lento que se ha venido desarrollando por faces desde 1993. Para el año 2000 se tenía por meta reducir el nivel arancelario de 45% a entre 5% y 20%. Sin embargo, esta disminución del arancel no contempló al sector agrícola, en el cual este se mantiene en 40%, debido a la gran importancia que representa el mismo para el comercio a nivel mundial. Aun así, este arancel para gran parte de los bienes agrícolas se encuentra muy por debajo del máximo consolidado por el sector agrícola ante la OMC, el cual es del 100%. Excepto en algunos bienes de gran importancia como el azúcar donde el arancel se ubica entre 70% y más del 100%).  
     A pesar de que el tratado de Chaguaramas se modificó con la finalidad de lograr un mercado y una economía común, la liberalización comercial no se aprobó por completo. Los aranceles son una práctica común entre los miembros del CARICOM principalmente porque la recaudación fiscal constituye una fuente de ingreso sustancial para estos, especialmente para los países más pequeños, que cuentan con economías muy vulnerables, esto representa parte importante de sus ingresos.
     Estos países más pequeños (que a su vez conforman la OECO) han avanzado lentamente en los procesos de apertura comercial debido al riesgo existente en que este proceso acabe con las pocas industrias que poseen. Mientras que las consecuencias para las economías con mayor desarrollo (Bahamas, Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago) se perciben en los daños sufridos por algunas industrias que se encontraban protegidas.
     El arancel externo común del CARICOM contempla la no imposición de aranceles para la importación de materias primas no producidas en la región, mientras que a aquellos bienes que compiten con la industria nacional se les otorga el nivel máximo arancelario (tal es el caso de Trinidad y Tobago que posee un arancel del 75% sobre el azúcar refinada debido a que su principal actividad agrícola es el cultivo de la caña de azúcar).
     Los principales bienes de comercio extra regional de los países miembros del CARICOM (principalmente hacia EEUU y la UE) son bananas, azúcar y especies. Mientras que el comercio intracomunitario está compuesto por petróleo y derivados, manufacturas livianas y algunos alimentos,  por lo tanto el comercio es muy poco diversificado y competitivo, lo que ha llevado a los países miembros del CARICOM a concentrarse en el comercio de servicios (especialmente el turismo). Los ingresos obtenidos por el turismo les permiten afrontar los altos niveles de importación.
    Para enfrentar la pérdida de preferencias debido a la liberación del comercio para algunos sectores, los países del CARICOM han buscado diversificar los cultivos e incrementar su productividad y la calidad para impedir que la industria nacional quiebre, pero este proceso ha sido lento y complicado.
   El CARICOM como esquema de integración, si bien atravesó fases de gran proteccionismo, en la actualidad predominan los elementos aperturistas, a pesar de la existencia de algunos mecanismos de protección por parte de sus miembros.
   Actualmente, existe en el CARICOM el tratamiento preferencial hacia algunos rubros  agropecuarios, que continúan recibiendo protección adicional mediante licencias, cuotas de importación y prohibiciones. A  pesar del proceso de apertura, todos los países hacen uso de uno o más de estos mecanismos para controlar o limitar la  importación de un conjunto de productos que compiten con la industria nacional, entre los que se encuentran el azúcar, el arroz, los aceites comestibles, el maní y las carnes de ganado y aves de corral, con el fin de proteger estos sectores. Estas herramientas de protección se aplican incluso entre los miembros del CARICOM.
     En cuanto a la cobertura de la desgravación arancelaria, en el CARICOM esta es completa (exceptuando a algunos productos), lográndose avances del libre comercio entre la mayoría de sus miembros.  Actualmente se ha logrado la remoción casi por completo de las barreras no arancelarias, en especial de los subsidios debido a que no generan ninguna ganancia al Estado, sino por el contrario producen grandes pérdidas.
    En este sentido, algunos países miembros del CARICOM  aplican licencias a la importación de ciertos bienes sensibles, como por ejemplo los aceites comestibles. Sin embargo, las economías de mayor tamaño cuentan con aranceles que oscilan entre el 5% y el 25%. Siendo esta la meta del nuevo arancel externo común.
  En cuanto a las normas de origen, aunque se contemplan dentro del CARICOM, su cumplimiento es débil debido a la escasez de productos comerciados entre sus miembros, por lo que no se genera entre los países la interdependencia que estas tienden a producir.
     Por otra parte, en cuanto a la promoción de exportaciones, entre los países del CARICOM, actualmente se encuentran eliminados los impuestos a las exportaciones de bienes, a excepción de algunos países pequeños como Surinam que aplica impuestos de exportación a la madera. Sin embargo, a pesar de este avance, el comercio interregional entre los países miembros es muy limitado, principalmente por la poca diversidad en su producción.
      En este sentido, el CARICOM ha establecido zonas de libre comercio con otros países, entre las que destaca una existente con República Dominicana para permitir el ingreso libre de bienes de los países del CARICOM a dicha nación. Sin embargo, a los bienes producidos o provenientes de zonas francas del CARICOM y que serán objeto de comercio entre sus países miembros se les aplica el arancel externo común.


Autoras:
Kostenko, Yeinmy
Ovalles, Jolibel
Ramos, Solymar


6 comentarios:

  1. Sería sumamente interesante analizar el CARICOM en conjunto con el ALBA. En los procesos de integración latinoamericana, y más específicamente con Latinoamérica y el Caribe, se han hecho intentos como el CARICOM y el mismo ALBA, por lo tanto resulta un análisis en conjunto interesante para descifrar sus fallas y retos que pueden englobarse como problemas económicos que afectan a la región caribeña.
    Por su parte, el ALBA incluye países caribeños como Antigua y Barbuda, Cuba, Dominica, El Salvador, Nicaragua, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, pero también incluye países sudamericanos como Venezuela, Bolivia y Ecuador. Aunque ambos organismos tienen objetivos "claros", como "creación de mecanismos que aprovechen las ventajas cooperativas entre las diferentes naciones", podemos ver que en los países del Caribe se ven disparidades y asimetrías económicas importantes, y que los intentos de integración, como ustedes bien señalan, no siempre han tenido éxito ni han logrado apaciguar esas asimetrías entre los países ni lograr su desarrollo económico esperado. El PIB del CARICOM fue para 2013 de unos 100.000$ millones y el del para el ALBA, ese mismo año, de 770.890$ millones. Podemos observar entonces que la asimetría entre dos organismos que intentan fomentar la cooperación y la integración económica entre los países del Caribe es enorme, y en el caso del ALBA se debe principalmente a la membresía de aquellos países con PIB más elevados que el de muchos países caribeños, como es el caso del PIB venezolano (cuyo PIB es de 408.805$ millones). Entonces, podemos ver en el CARICOM un intento que todavía no ha tenido el éxito esperado. Muchos de sus países miembros cuentan con realidades internas que dificultan la integración económica y el comercio; la deficiencia en algunos factores productivos, como el capital, así como realidades sociales que les afectan como la pobreza, la desigual distribución de la renta y la corrupción hace que el CARICOM tenga muchos retos por delante dentro de la integración económica. Países miembros como Haití han negado el ingreso de República Dominicana, viéndolo como un país que proporciona una desventaja por su economía más diversificada en comparación con la haitiana; un discurso proteccionista. En suma, analizar los procesos de integración en el Caribe es un tema complejo y difícil, porque la región tiene realidades económicas muy distintas y que no han podido, aún, disfrutar los beneficios del libre comercio por sus mismas deficiencias internas. El CARICOM también deberá, paulatinamente, abandonar el discurso y medidas proteccionistas que muchos de sus países miembros mantuvieron en los últimos años; países del CARICOM, como ustedes señalan, se caracteriza aún por la aplicación de aranceles, ya que ese recaudo fiscal que le queda al gobierno suple deficiencias económicas importantes en aquellas economías menos desarrolladas.
    El Caribe, como región, necesita de un nuevo aire económico. La transferencia de tecnologías sería una herramienta útil para que los países puedan desarrollarse en otras industrias y así comercializar entre ellos, sin utilizar tantos los aranceles y depender tanto de ellos como una fuente de ingreso "fija" para el fisco nacional, así como también enfocarse en el comercio de petróleo y derivados, bienes necesarios para todo el sistema internacional (muchos países miembros del CARICOM también forman parte de Petrocaribe). La integración latinoamericana es sumamente compleja, pero definitivamente cuando tratamos al Caribe, vemos que los retos son aún mayores dadas aquellas diferencias en las mismas economías regionales.

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  2. Como muy bien señalan CARICOM tiene un comercio extra regional con la Unión Europea, lo que vale profundizar por ser un fuerte bloque económico. En el 2000, la Unión Europea, 78 países del ACP, incluyendo 15 naciones del Caribe suscribieron el Acuerdo de Cotonú, que es el que se dio en el marco de las negociaciones de CARIFORUM (donde incluye zonas de África, el Pacífico y el Caribe) el cual regula las relaciones entre CARICOM y UE, siendo ratificado por todos los miembros del CARICOM, exceptuando Montserrat.
    Posteriormente, el 15 de octubre de 2008, la UE y los países del Caribe firmaron el Acuerdo de Asociación Económica (AAE) que tiene como objetivo facilitar a las personas y a las empresas de las dos regiones para invertir en el comercio y el comercio entre sí, reforzando principalmente el empleo dentro de los países caribeños.
    La UE invierte €59 millones en los países caribeños, y ha logrado la creación de una economía de mercado único, ha logrado fomentar una relación más amena entre la República Dominicana y Haití, después del conflicto que atravesaron como muy bien establecieron en el comentario anterior; y además financia un programa para los gobiernos y empresas que va desde el 2012 hasta el 2015.
    La cantidad de exportaciones que recibe la CARICOM de la UE, supera las importaciones en el 2010 y 2011, aunque el saldo que deja en el 2010 es de 1.3% y en el 2011 es de un 0.5%, a pesar de no representar un saldo negativo, se esperaba más de la UE hacia la Comunidad del Caribe.
    Por todo lo anterior, observamos que este tipo de Acuerdos entre bloques regionales, traen grandes beneficios, en este caso, para los países caribeños abre el comercio de servicios, y a través del apoyo financiero de la UE atraen posibles inversionistas extranjeros
    Dos Anjos, Andrea
    C.I: 20.913.112
    Sección 32

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  3. Como se indico anteriormente, CARICOM es el segundo movimiento de integración más antiguo que sigue en pie después de la Unión Europea; pero en estos años, sus miembros no han sido capaces de lograr acuerdos duraderos que fortalezcan el comercio, la seguridad y el desarrollo mutuo.
    Los 15 países que integran la Comunidad del Caribe cuentan con pequeñas economías y producen los mismos bienes y servicios azúcar, plátanos y turismo, fundamentalmente lo cual no ayuda al intercambio intrainsular. Y sus niveles de desarrollo son diversos: el PIB per cápita de Bahamas, el país más rico del bloque, fue de 21.985 dólares en 2010 mientras que el de Haití, la nación más pobre, fue de unos de 671 dólares en el mismo periodo, de acuerdo con las cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
    En por eso que es oportuno agregar que en el ámbito comercial, existe la necesidad de implementar el Acuerdo de Asociación Económica (EPA) que tiene con la Unión Europea, que lleva años firmado pero continúa sin estar operativo.


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  4. CARICOM constituye un bloque económico con buenas bases que ademas tiene varios años de historia y ha servido para darle un puesto en el panorama internacional a esta pequeña región. Sin embargo, es necesario que solventen ciertos problemas para que no se queden estancados, como lo es los altos aranceles que poseen en cuanto a materia de importación agrícola.
    Como es posible entender de la publicación de mis compañeros, la región del Caribe es intensiva en el factor productivo tierra; son países que por estar muy cerca del Ecuador cuentan con suelos fértiles aptos para el cultivo y ademas hermosos paisajes, en su mayoría costas con playas apetecibles para cualquier turista. Por otro lado, es una región que aunque tiene la tierra, su tecnología de agricultura es bastante obsoleta, haciendo que estas sean economías poco productivas y por ende bastante reducidas; estos países en su afán de proteger sus industrias agrícolas han determinado un sistema de aranceles bastante altos, haciendo poco funcionable e ineficiente el CARICOM como sistema que busca una integración económica. Aun así, los esfuerzos de dichos países por avanzar en materia económica son dignos de acotar; en recientes reuniones hechas se ha concretado la firma del Convenio de Asesoría y Transferencia Tecnológica para el Sector Agropecuario, el cual se realizara con el apoyo de México. Para ello, se harán capacitaciones de 3 meses acerca de temas que los miembros del CARICOM han considerado importantes para poder mejorar la producción de este sector.
    Ablan, Rut C.I. 24.811.917

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  5. Como bien se señala en esta publicación, el CARICOM es un esquema de integración que surge del resultado de varios esfuerzos de generaciones integracionistas que la antecedieron con el fin de superar el estado de fragmentación en la región caribeña. Donde desde que se creó en 1973 la Comunidad Caribeña, en virtud del Tratado de Chaguaramas, buscaba cumplir dos propósitos fundamentales: fomentar el desarrollo económico y la soberanía efectiva de los países miembros de la región y de sus habitantes.

    De la misma manera, tras varios avances, en la actualidad los principales objetivos de CARICOM son promover la integración económica y cooperación entre sus miembros.

    Objetivos bien definidos, pero que no se cumplen en su totalidad, ya que en primer lugar, hay una falta de libre movilidad de determinados factores productivos, como el trabajo, entre los países del CARICOM, que constituye un impedimento para la integración de la producción, y en segundo lugar, no ha habido una cooperación total entre estos Estados, debido a razones como exhiben las autoras de la publicación, como “…la naturaleza heterogénea de los gobiernos de los países miembros, lo que ha dificultado la coordinación política”.

    En una opinión personal, dentro de la Comunidad Caribeña tendría que establecerse la plena libertad de movilidad para los ciudadanos del CARICOM, donde la mejor forma de lograr este objetivo sería estableciendo y concediendo una ciudadanía del esquema de integración regional, que permita a las personas desplazarse entre los Estados sin pasaporte. Destacando el hecho, que críticas que se hacen en este sentido, es que los turistas pueden viajar libremente, mientras que los habitantes nativos son expuestos a toda dificultad posible cuando viajan por la región y los permisos de trabajo se les conceden sólo tras tardíos y lentos trámites.

    Así mismo, un beneficio que se podría mencionar también del CARICOM, es que como se establece en el art.20 del Tratado de Chaguaramos, es que “la comunidad caribeña posee una plena personalidad jurídica”, pudiendo hacer negociaciones y firmar convenios y acuerdos con terceros países (como bien mencionan EEUU, Canadá, Venezuela, entre otros), otros bloques regionales y organizaciones internacionales, lo cual, proporciona oportunidades adicionales de desarrollo y mayor poder de negociación, que el que conseguiría cada Estado miembro individualmente.

    Gustavo Navas. CI 24.592.187

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  6. Ante lo muy bien explicado, me gustaría anexar algunas de las implicaciones que ha tenido este proyecto integracional, así como algunos retos que presenta, para ello se debe establecer que la Comunidad del Caribe (CARICOM) se esfuerza por avanzar con un modelo de cooperación mediante el cual 15 países intentan juntos aprovechar oportunidades y enfrentar obstáculos, conjuntamente los integrantes de CARICOM (creada en 1973) suman 458,480 kilómetros cuadrados, con una población estimada en unos 16 millones de personas, aunque más de 10 millones pertenecen a Haití, el más pobre de los miembros.
    La implementación del Mercado Común y la Unión Económica en la Comunidad del Caribe (CARICOM) ha sido erigida como el núcleo fundamental de la estrategia de integración de la región, en un contexto particularmente complejo para muchos de sus países miembros. Su actual escenario se ha caracterizado por la profundización de importantes desequilibrios internos, la creciente vulnerabilidad y dependencia externa, la pequeñez de las economías, la erosión de las preferencias, entre otros. Estos aspectos alertan sobre la necesidad urgente de reformular la agenda integradora, desde una visión que implique un uso activo de la Política Económica a nivel regional. Por lo tanto, la constitución del CARICOM impone importantes retos en el corto y largo plazo para las economías miembros, con efectos potenciales sobre las balanzas comerciales, los niveles de endeudamiento, las decisiones de localización de las empresas, el desempleo, las migraciones intrarregionales, el déficit fiscal, entre otros indicadores, generando dos retos fundamentales para la región, el primero se refiere a la necesidad de lograr una adecuada correlación entre objetivos nacionales y regionales, a partir de situar una estrategia común compatible con el fortalecimiento de los determinantes internos de largo plazo del crecimiento, y el desarrollo regional, en función de reducir la vulnerabilidad. Y el segundo reto, se refiere a la necesidad de que el Mercado y la Unión Económica, en su objetivo de aumentar la eficiencia regional, se complemente con la aplicación de estrategias de política económica, este reto estaría dirigido a proveer a la CARICOM, de instrumentos que reflejen más ampliamente sus necesidades.
    Además existe el riesgo de que algunos países de la región intenten compensar la pérdida de preferencias a través de la aceleración de las negociaciones de tratados de comercio bilaterales y de inversión con países extraregionales como la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, y otros. La conjunción de fragilidades internas, con la emergencia de amenazas externas de alta incidencia sobre la región, se han instituido en importantes desafíos a la integración en los marcos de CARICOM. En general, las debilidades internas del crecimiento se basan, fundamentalmente, en que este se ha sustentado en sectores altamente procíclicos y dependientes de factores externos para su evolución.
    Para un avance de la integración en el CARICOM, se debe plantear una nueva estrategia de política mucho más amplia, que la que hasta ahora ha intentado dar respuesta a las necesidades regionales.
    MARIA ALEJANDRA CORTEZ 24213210

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